sábado, 8 de enero de 2011

UN MISTERIO ANTIGUO

Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. Salmo 71:15

Cuáles son los misterios antiguos, ¿los bombazos? ¿las profundidades? Los sabios siempre han escudriñado por respuestas de peso, nunca por cuestiones superfluas. Un sabio no es un simple curioso. No, un sabio se preocupa por los temas de mayor honra y gloria. Desde la antigüedad han existido sabios que se han hecho preguntas de verdad importantes. Pero no a todos se les ha revelado lo que se les reveló a los sabios del nuevo testamento. Pablo, el apóstol, fue el último en ser llamado sabio en la Biblia. Ni siquiera Salomón comprendió lo que ahora nosotros entendemos por el Espíritu.

Todo esto he visto durante mi absurda vida: hombres justos a quienes su justicia los destruye, y hombres malvados a quienes su maldad les alarga la vida. Ecl 7:15

El sabio más antiguo del que habla la Biblia es Job, y las preguntas que él se hacía no era un divagar intelectual solamente, sino que de primera mano, como el protagonista central de una tragedia, trataba de descifrar la justicia de Dios. Tal vez nadie como él, ha meditado tanto al mismo tiempo en conceptos como la sabiduría, la justicia, el sufrimiento y Dios. Preguntas que aún hoy muchos de nosotros nos somos capaces de responder.

"Juro por Dios, el Todopoderoso, quien se niega a hacerme justicia, quien me ha amargado el ánimo… Job 27:2

Y es que no sólo los amigos de Job estaban escandalizados por su estado, sino también él mismo estaba confundido acerca de lo que pasaba. No cabe duda que algo verdaderamente profundo es el misterio de la justicia de Dios.

Tú, Señor, eres justo cuando argumento contigo. Sin embargo, quisiera exponerte algunas cuestiones de justicia. ¿Por qué prosperan los malvados? ¿Por qué viven tranquilos los traidores? Jeremías 12:1  

Preguntas como la de Jeremías son las que Job se hacía luego que enfermó de su piel, como si fuera un leproso, sintiéndose sin la cobertura de Dios ni la de su propio cuerpo. Cuando murieron sus hijos creía que el mal era por causa de ellos, cuando perdió sus posesiones, concluyó que la prueba era para su esposa, pero cuando sus amigos lo vieron caer en desgracia y se sintió el centro de toda la desgracia, entonces empezó a maldecir.

Job no conocía nada absolutamente acerca de la resurrección. "El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro, y deja de existir" (Job 14:10). "así los mortales, cuando se acuestan, no se vuelven a levantar. Mientras exista el cielo, no se levantarán los mortales ni se despertarán de su sueño (Job 14:12)"; "Si el hombre muere, ya no vuelve a la vida" (Job 14:14), son sólo algunas frases de Job que indican que no tenía ninguna revelación acerca de la resurrección de los muertos. Si ni siquiera en tiempos de Jesús había consenso al respecto, mucho menos en tiempos de Job.

Morir mal, era un juicio de Dios sobre los vivientes, morir en un incendio, debajo de una torre que accidentalmente cayó o morir colgado en un madero significaba que la vida de aquél no había sido del agrado de Dios. He allí la molestia de Job con Dios. "¿Cómo yo he de morir como un impío?" El mismo argumento tenían los amigos de Job para lacerarlo aún más, poniendo el dedo sobre la llaga. Sólo la sabiduría de Job hizo que éste superara su discurso del que sus amigos blandían:

"¡Si al menos me ocultaras en el sepulcro y me escondieras hasta que pase tu enojo! ¡Si al menos me pusieras un plazo, y luego me recordaras! Job 14:13

Era la única solución a un dilema profundamente desconocido. ¡Solo podrías ser justo oh Dios si hubiera resurrección después de esta vida! ¡Si todavía hubiera un castigo para el impío que muere cómodamente y aún un consuelo para el justo que muere en desgracia! Esta fue la conclusión que alcanzo a vislumbrar la sabiduría de Job, más profunda que sus fariseos amigos, la que le hizo ganar la alabanza de Dios:

Job 42:8 Tomen ahora siete toros y siete carneros, y vayan con mi siervo Job y ofrezcan un holocausto por ustedes mismos. Mi siervo Job orará por ustedes, y yo atenderé a su oración y no los haré quedar en vergüenza. Y conste que, a diferencia de mi siervo Job, lo que ustedes han dicho de mí no es verdad."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.