lunes, 5 de julio de 2010

DOCTRINA DEL APÓSTOL OTHONIEL RIOS PAREDES (Parte II)

El hombre que adula a su prójimo tiende una red ante sus pasos. Pr 29.5

La doctrina del apóstol Othoniel Ríos Paredes puede ser predicada durante las siguientes décadas, pero siempre hablará más un buen testimonio. Si una doctrina no puede cambiar a nadie, no sirve de nada. El hermano Otho siempre dio ejemplo junto con la palabra que predicó. Si exhortaba acerca del ecumenismo o la falsa unidad, también lo vivía. Fue muy duramente criticado por su ostracismo, sin embargo se mantuvo firme, con un crecimiento pujante y un avivamiento continuo en su iglesia hasta el día que el Señor Jesucristo lo llamó a Su gloria.

Alguna vez dijo el doctor Othoniel "Tengan cuidado con los showman", pues sabía que esa actitud era la base de la falsa unidad que tanto se predica hoy. Es fácil impresionar a la gente, preo impresionar a Dios es otra cosa. La mayoría de los que se reunen en diferentes asociaciones pastorales lo hacen para ungirse unos a otros y aplaudirse entre ellos, adulando tanto a ministros como a integrantes de otras congregaciones. Son sólo predicadores de plataforma.
Cuando leemos en una tarjeta de presentación: Fulano de Tal, profeta a las naciones, y debajo de sus telefonos una nota: Se da cobertura, notamos el fuerte deseo de ser notorio, de obtener autoridad y poder. Acab era un ministro prostituto (1Ry 21.25), que tenía intimidad con cualquiera para así recibir unas cuantas lisonjas y títulos. Apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro NO son títulos, sino funciones. Hay quien tiene el título colgado en la pared sólo para vergüenza, y hay quien funciona bien sin nombramiento alguno.
Sucede como el hijo de familia que regresa de la escuela secundaria con ciertas manías extrañas, entonces su papá le pregunta "Y ahora con quién te estás juntando?". O como la niña de segundo grado, de la misma secundaria; tiene novio en primero y un pretendiente de tercero, también la vienen a visitar unos amigos de la preparatoria, además de tener novio en su vecindad y otro en la iglesia. Las congregaciones no están llamadas a ser adolescentes que coqueteen con todo el mundo, no, sino que están llamadas a ser maduras y a desposarse con un sólo esposo: Cristo Jesús.

Ojalá que me soportarais un poco de insensatez; y en verdad me sopostais. Porque celoso estoy de vosotros con celo de Dios; pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura a Cristo. 2 Cor 11.1-2

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