lunes, 12 de enero de 2009

EL NOVIAZGO Y LAS DOS SABIDURÍAS

A nivel pastoral podría decirles que uno de los problemas más tortuosos entre cristianos son los que se dan en el matrimonio. Los pastores fuimos llamados a resolver problemas, sin embargo estos temas son de los más agotadores al ver el sufrimiento de toda una familia o familias.

Es por eso que me atrevo a confrontar los clásicos textos bíblicos (que se usan en la mayoría de las invitaciones elegantes que te dan cuando algún amigo de la familia se va a casar), con otros textos, también bíblicos que muy adrede pasamos por alto:

 

9Más valen dos que uno solo,

pues tienen mejor remuneración por su trabajo.

10 Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero;

pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!

11 Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes,

pero uno solo ¿cómo se calentará?

12 Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo,

dos lo resistirán.

Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente. Eclesiastés 4:9

 

32 Quiero evitarles preocupaciones. El hombre que no se ha casado se preocupa de los asuntos del Señor, y de cómo agradarle.

33 Pero el casado se preocupa de los asuntos del mundo, y de cómo agradar a su esposa.

34 Entonces su atención está dividida. La virgen que no está casada o la que nunca se ha casado se preocupa de los asuntos del Señor para poder ser santa en cuerpo y en espíritu. Pero la mujer casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su esposo.

35 Les digo esto para ayudarlos, no para ponerles limitaciones. Lo que quiero es que vivan en el buen camino, que se entreguen completamente al Señor, sin distracciones. 1 Corintios 7:32-35

 

Job dice que la sabiduría tiene dos lados (Job 11:6 LBLA) ¿Recuerdas cuántas veces se casó Salomón? La Escritura dice que unas mil veces, pero la verdad no estoy seguro de cuán sabio sería tener tantas suegras. Podríamos ubicar un lado de la sabiduría en al Antiguo Testamento y otro en el Nuevo. En uno Salomón y en otro Pablo, el apóstol. Los dos edificadores de templos, uno del templo de piedra, otro, perito arquitecto del Templo del Espíritu Santo. Este último, Pablo, se dice que era soltero, pero al parecer con mucha experiencia al aconsejar matrimonios.

Compara estos dos textos, estúdialos y recuerda que ambos son palabra de Dios. En lo personal, creo que hace falta mucha enseñanza al respecto de aquellos cristianos que son como Pablo o como el mismo Jesucristo, que nacieron para no casarse aquí en la Tierra, los cuales están entre nosotros, hermanos que pueden cumplir con el propósito de entregarse únicamente a Cristo. Todo joven cristiano que quiera tener un noviazgo o trato, o como quieras decirle, debería de mirar bien todos estos textos si quiere edificar con sabiduría su propia vida u hogar. Tal vez hablemos más de éstos en otra ocasión. Bendiciones a todos.

viernes, 2 de enero de 2009

A PÍE Y A CABALLO


Si tanto te cansas corriendo contra gente de a pie,

¿cómo podrás competir con gente de a caballo? Jeremías 12:5, DHH

ind, 15 mar 08

Introducción.

El pueblo de Israel, desde tiempos de Moisés hasta los días del rey Salomón peleó a píe contra sus enemigos y nunca a caballo. Sus enemigos eran combatientes de infantería, es decir de a píe, algunos, pero otros tenían hasta carros de hierro. Pero si cuando el pueblo hebreo no metió las manos contra los egipcios, esos fueron derrotados, cuánto más si el Señor de los ejércitos nos permite pelear, aunque sea a píe, no serán humillados ante nosotros.

También se nos ha advertido que allá arriba seguiremos sirviendo (Ef 3.10). Pero si aquí nos cansamos, cómo entonces podremos servir allá.

I.- Las carreras de Elías. 1 Reyes 18:46

Elías fue un varón de Dios que siempre anduvo a píe, y así alcanzo a los que corrían a caballo. Miremos cómo lo logró.

Visión de Dios. Amar a los que están en el polvo para poder amar en el Cielo, al que está en el Cielo. Evangelizando y discipulando, no siendo evangelizados y recibiendo discipulados solamente: hay que servir.

Ojos puestos arriba y los pies bien puestos abajo. No podemos decir que amamos a Dios que no vemos, si a los que vemos no los amamos. La única manera de llegar al arrebatamiento es primero correr a pie, acá abajo.

Sin presunciones. No volvamos a decir que amamos a Dios, si aquí abajo no realizamos la comisión que el Señor nos ha delegado. Elías hacía más de lo que hablaba, evangelizó y discipuló.

Los dos píes de la iglesia. Uno es el evangelismo y otro el discipulado y debemos andar con los dos a la par.